LA TRINIDAD DE CLAUSEWITZ

LA  TRINIDAD DE CLAUSEWITZ
Profesor Karl Sievers

Clausewitz establece que en toda guerra se produce una extraña trinidad conformada por el pueblo, el jefe y su ejército (fuerzas armadas) y el gobernante.

Esta trinidad se manifiesta en tres aspectos bien diferenciados pero totalmente concurrentes.

El primero se refiere al odio, la enemistad y la violencia primitiva de su naturaleza que corresponde al elemento pasional de la guerra representado por el pueblo y el esfuerzo y la voluntad de este por apoyar la consecución del objetivo fijado por el gobierno.

El segundo aspecto dice relación con el juego del azar y las probabilidades, que la convierten en una actividad libre de emociones, un asunto netamente profesional y técnico que combina el arte y la ciencia en la conducción de las fuerzas militares y por lo tanto, compete al jefe militar y a las fuerzas bajo su mando.

El tercero, que corresponde al carácter de instrumento subordinado a la política que hace que sea parte del dominio de la inteligencia pura, significa que la guerra como un instrumento de la política, sólo compete al conductor político y su gobierno como el ente que capitaliza la inteligencia pura de la nación.

Esta trinidad nos señala con absoluta claridad que el gobierno hace la política, maneja el conflicto y ante una imposibilidad de solucionarlo por medios pacíficos, resuelve ir a la guerra y la dirige en sus cuatro campos de acción. El interno, prepara al pueblo para soportar los sacrificios que ello demandará en el sostenimiento del esfuerzo bélico, el externo o diplomático crea las condiciones para ampliar el grado de libertad de acción y así asumir y mantener la iniciativa, el económico orienta sus esfuerzos a apoyar la empresa bélica y las condiciones de vida y de producción del país, y el bélico que actúa coercitivamente contra las fuerzas adversarias hasta lograr someterlas a nuestra voluntad, es decir quebrantar su voluntad de resistencia. Si se produce esta trinidad, el éxito está prácticamente asegurado.

El jefe militar y las fuerzas bajo su mando, reciben su objetivo del gobierno y conducen las operaciones con todas sus capacidades intelectuales, materiales y morales combinando los aspectos netamente profesionales con las virtudes militares en un tiempo y espacio dado y el límite de su actuar está condicionado por consideraciones estrictamente políticas. Jamás las consideraciones militares prevalecerán por sobre las políticas, porque la guerra es un acto político como medio para un fin político.


Al pueblo le corresponde apoyar al gobierno y realizar los mayores sacrificios, de todo tipo, para sostener el esfuerzo bélico nacional en todo lo que ello significa y dar exitoso término a la guerra. El pueblo pone el músculo, la sangre y la voluntad necesaria para la victoria y es para Clausewitz, “el motor de la guerra”.

Esta trinidad interactúa para establecer los límites a cualquier conflicto, en cualquier lugar y tiempo, a veces aproximándolo más a lo absoluto, es decir una guerra total, y otras veces limitándolo a un mero conflicto menor que puede ser resuelto mediante una simple declaración de prensa o una nota diplomática.

Las variantes serían entonces seis :

1.- El gobierno tiene la voluntad de enfrentar el conflicto y cuenta con el apoyo del pueblo, pero sus fuerzas armadas no tienen la capacidad para darle una solución militar : hay que buscar un acuerdo político.

2.- El gobierno tiene la voluntad de enfrentar el conflicto, las fuerzas armadas tienen la capacidad para buscar una solución militar, pero el pueblo se muestra indiferente al problema, no está dispuesto a realizar los sacrificios que ello demanda y no apoya lo resuelto por el gobierno : hay que desistir del objetivo y buscar un acuerdo político.

3.- El pueblo ha tomado conciencia de la necesidad de enfrentar el peligro, las fuerzas armadas cuentan con la capacidad para ello, pero el gobierno se muestra reticente, débil y errático en el manejo del conflicto : hay que cambiar al gobierno.

4.- El gobierno tiene la voluntad de enfrentar el conflicto, el pueblo se muestra indiferente al problema y las fuerzas armadas no cuentan con la preparación y capacidad para darle una solución militar : el objetivo que se ha impuesto el gobierno es irreal, debe modificarlo.

5.- El pueblo desea solucionar el conflicto, las fuerzas armadas no cuentan con la capacidad para ello, y el gobierno demuestra poca voluntad para enfrentar el conflicto : es probable que caiga el gobierno.

6.- Las fuerzas armadas cuentan con la capacidad para hacer frente al conflicto aun si se llegara a su mayor intensidad, el pueblo y el gobierno se muestran indiferentes : nada sucede si la institucionalidad es fuerte, si es débil, es posible un golpe de estado.

Estas seis variantes van a trastornar lo que pudiese ser la forma teórica ideal de solución al conflicto, es decir lo van a alargar innecesariamente o definitivamente conducirá a la derrota de aquel actor que no haya logrado armonizar la trinidad gobierno – fuerzas armadas – pueblo.


Esta trinidad es aplicable tanto a cualquier conflicto cuanto a su forma extrema de solución que es la guerra, y esta aclaración es válida, ya que Clausewitz sólo la desarrolla para la guerra. Como veremos, en la historia abundan los casos en que un actor poderoso ha sido vencido o sometido por otro más débil sólo por efectos de no haberse armonizado equilibradamente y mantenido dicha trinidad a lo largo del conflicto.

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